En mi mini lista de personas especiales, (porque no hay una libreta llena de nombres, más bien los tengo contados con los dedos de una mano) hay alguien de reciente incorporación.
Hará cosa de un año nos descubrimos por casualidad, y fue un gran hallazgo. Pensé que era una suerte haberme topado con alguien así, y desee poder conservar lo que empezó a nacer, como algo valioso.
Hoy en el ciberespacio hemos coincidido, y nos hemos puesto a hablar de nuestras propias “peculiaridades”. Le he pedido que confesara una de las suyas, y me ha sorprendido lo que ha dicho.
A esta persona le encanta un grupo de música, puro rock sinfónico del que ya no se hace. Letras cargadas de significado que sólo alguien que sepa sentir de corazón entiende y sabe interpretar.
Ama su música y la profundiza hasta que las notas hechan raizes en su corazón. Es así como se puede describir su pasión por Marillion.
Hace unas semanas fue a varios conciertos en Holanda, un fin de semana con 3 directos en agenda, todo un seguimiento del grupo.
A esta unión tan profunda con la banda, él lo ha llamado “rareza”.
He estado pensando si yo había vivido algo parecido con algún grupo de música. Mi pasado con DM dio que hablar. Idas y venidas a conciertos, fiestas freaks con 3 horas de temas inéditos... Y ahora Anthony and the Johnsons , que consigue que entre a su pagina web una y otra vez para rastrear entradas...
Es triste pensar que cuando demostramos sentimientos profundos y logramos amar el arte o alguna cosa que merezca la pena haciéndolo público, se pueda considerar “rareza”.
Extraños somos ahora, que vamos paseándonos prácticamente con una misma pose. Mirando alrededor y asegurándonos de no hacer excesos que delaten demasiada expresión de sentimientos.
Prefiero mil veces esos “brotes” de rarezas que algunas veces invaden a las personas, que no los millones de “vegetales” que es mueven a mi alrededor y que son incapaces de demostrar nada.
Me quedaré disfrutando de esas “excentricidades” que son las que dan sentido a nuestras vidas, las que consiguen que retengamos en la memoria episodios que siempre volverán a nosotros, y conseguirán recordarnos lo felices que podemos llegar a ser con tan poco.