eL iNiCio

Nunca creí en los regalos “empaquetados”, ni en el cheque del Corte Inglés como solución a la poca imaginación para encontrar el detalle especial para alguien. Tampoco he sido convencional ni metódica en los calendarios “happy birthay to you”, y digo esto para que los que lo han sufrido en sus propias carnes me lleguen a perdonar algún día.Pero lo que siempre me ha gustado es compartir. Es mucho más generoso llegar a tener algo y no quedártelo para ti solo/a, que sacar esas bandas de plástico con un buen montón de dígitos y comprar el detalle de turno.Así que en un ataque de “altruismo musical incontrolable” he decidido crear este blog y “colgar” todo aquello que me gusta para mí y que compartiría contigo.Tengo la sensación que NO todo se quedará en un recopilatorio audible... y puede que la cosa degenere y se cree uno de esos mundos donde las personas “colgamos” aquello que nos pasa, aquello que pensamos, aquello que quisiéramos decir y que no nos atrevemos... algunas cosas mágicas, algunas cosas míticas, lo típico, lo tópico ... pero dejemos de pensar lo que será y empecemos a crear lo que es.
M.

1 dic 2008

ToDo Lo QuE CaLlaMoS

Castilla es tierra austera. Parcos en palabras saben medir lo que dicen y cuándo lo han de han de decir. La cuna donde nació mi padre y donde tengo a gran parte de mi familia. Me acogió en mi infancia y adolescencia llenando mi vida de aquellos colores que la gran mayoría de niños de ciudad no han podido disfrutar.

Las encinas de la carretera principal siempre daban la bienvenida a todo el que llegaba, y desde allí se abría paso la pequeña aldea salmantina, con sus casas construidas gracias a las piedras robadas del castillo cerralbeño.

Mis días discurrían entre animales, cosechas e historias alrededor de la lumbre. Las faldas de la mesa cubrían mis piernas y hacían que la única señal del frío hibernal, fuera mi siempre congelada nariz.

Mis tías se empeñaban en buscarme amigas, y compañeros de juego, no entendían por qué prefería la lectura tranquila en el jardín o arrancar las yerbas malas, antes que salir a pasear con los demás niños del pueblo. Pero es que yo de eso ya tenía en mi ciudad. Lo que me faltaba era el silencio que mecía plácidamente las copas de los árboles frutales de casa de mi tía.

Allí aprendí a escucharme, y a conversar conmigo misma. Aquella paz supo explicarme cuándo hablar y cuando callar, pero lo fundamental fue que desde entonces aprendí que muchas veces aquello que callamos es lo más importante.

Suelo hacerlo pero no tan a menudo como me gustaría, eso de escucharme y hablar conmigo. Quizá por eso ahora me viene a la mente Cerralbo, porque lo hecho de menos. Quizá porque únicamente encuentro sentido acallar pensamientos y sentimientos paseando por el viñedo de mi familia.

Cuando lo más bello es lo que muchas veces no decimos con las palabras ...


Alberto Iglesias – El faro “cuanto te llevo de ventaja”






Yann Tiersen - La Valse d'Amelie






Hable con ella - Raquel


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Caperu,una reflexión realmente positiva,totalmente de acuerdo,hay que mirar dentro primero,con calma,con sosiego,sin desánimo,sin miedos,hacerse preguntas,buscar respuestas y no siempre encontrarlas,conocer desde lo más profundo.besos.

EmE dijo...

Las fiestas me ponen "ñoña", y hacen que recuerde aquello que ha sido bueno en mi vida, y la mayoría de esas cosas están lejos o han quedado atrás.

Creo que voy a dedicar varios días de mis vacaciones navideñas en visitar las tierras castellanas. Dicen que si Mahoma no va a la montaña...

Anónimo dijo...

Bien Hecho,caperu,a veces hay que perderse para impregnarse de algo bueno como la esencia y la personalidad de castilla y sus frías navidades.pásalo genial,besos

EmE dijo...

esperemos poder llegar a Salamanca... el tiempo no acompaña y tampoco se trata de quedar atrapada en la meseta ;). En realidad tengo ganas, y si la agenda hace hueco, yo volveré a esas tierras.