Cuantas millones de sensaciones encerradas en tan pocos años...
Pasillos inacabables de maderas crujientes dejaban que se alzaran sobre sus suelos modernistas, vitrinas llenas de lo que fueron seres vivos. Osos, garzas, mapaches y aves de mil colores acumulaban el paso de los años, el polvo del tiempo y las miles de miradas sorprendidas de muchos alumnos que como yo intentaban entender como existe alguien que “congela” de manera tan cruel una vida.
Había mamíferos de todas las clases y medidas, aves, peces y reptiles, todos conservaban algún movimiento o postura por la que se les conocieron cuando eran bellos ejemplares vivos.
Yo tenía el horario de “vespertino”, y mis clases iban desde las 3 de mediodía hasta las 9 de la noche. Me pasaba el tiempo rodeada de cadáveres petrificados iluminados por la luz de los fluorescentes.
Cuando recorríamos aquellos muros en grupos, nuestro tiempo no permitía que reparáramos en los millones de ojos cristalinos que devolvían el reflejo de tanta actividad, pero una vez acabadas las ultimas horas de estudio, cuando recogíamos nuestros pupitres y carpetas escolares, y deshacíamos el camino hacia la puerta de salida era cuando más notabas aquellas presencias dormidas.
Las vitrinas además estaban llenas de pequeños cajones que guardaban seguramente miles horrores más, pero que evidentemente escapé de preguntar o averiguar. Dicen que en la ignorancia está la felicidad.
Si ahora me vendaran los ojos reconocería el olor de aquella mezcla a naftalina con madera, y sabría ubicarla perfectamente entre las paredes del edificio jesuita. La visión de la taxidermia incontrolada hizo que valorara más la libertad de cualquier ser vivo.
El instituto también tuvo su banda sonora, pero por encima de muchas canciones conservo algunas de las mejores imágenes en mi memoria acompañadas de la música de un cantautor inglés.
Os dejo su discografía donde aparecen algunos de los singles que me devuelven a mis 15 años, cuando la vida era mucho más sencilla pero nosotros hacíamos que pareciera una subida al Kilimanjaro. Y como en toda buena excursión que se precie, siempre tiene que haber uno en el grupo que coja una guitarra, y haga de las noches en el monte, veladas inolvidables. Y ese para mí, en mi particular escalada a la montaña de mi adolescencia, era ni más ni menos que Lloyd Cole.
Albums
Rattlesnakes (1984) - Lloyd Cole and the Commotions,
Easy Pieces (1985) - Lloyd Cole and the Commotions
Mainstream (1987) - Lloyd Cole and the Commotions,
1984-1989 (1989) - Lloyd Cole and the Commotions,
Lloyd Cole (1990) - Lloyd Cole,
Don't Get Weird on Me Babe (1991) - Lloyd Cole,
Bad Vibes (1993) - Lloyd Cole,
Love Story (1995) - Lloyd Cole,
Collection (1998) - Lloyd Cole,
Negatives (2000) - Lloyd Cole and The Negatives
Plastic Wood (2001) - Lloyd Cole
Etc. (2001) - Lloyd Cole
2001 - Collected Recordings by Lloyd Cole (2001) - Lloyd Cole
Music in a Foreign Language (2003) - Lloyd Cole,
Lloyd Cole. The Commotions. The Singles (2004) - Lloyd Cole and the Commotions
Rattlesnakes - Deluxe Edition (2004) - Lloyd Cole and the Commotions
Antidepressant (2006) - Lloyd Cole,
Rattlesnakes
http://es.youtube.com/watch?v=KIba414vLhE
No blue skies
http://es.youtube.com/watch?v=xzsCmQhUlco
Perfect Skin
http://es.youtube.com/watch?v=jA5QpigkT0E