El ventilador hace su trabajo lo mejor que puede, pero está claro que no es suficiente. He tenido que castigarme con una “desperados” bien fresquita. La cosa puede mejorar, y para ello casi sin pensar me he puesto esos pantalones tan fresquitos y cómodos que me trajo Dani de Bali. Es todo un arte eso de anudarse perfectamente algo tan bombacho. He de hacerlo varias veces para que quede correcto y no los vaya perdiendo por el pasillo de casa. Y ahora voy a poner música... qué puede acompañar este momento hedonista? ... hay varios cd´s lounge que me vienen a la memoria, cosa algo difícil teniendo en cuenta que hace casi un mes que he decidido no pensar. Es demasiado esfuerzo...en vacaciones el verbo por excelencia es “SURGIR”, y la palabra es “ACTITUD”. Este es el vocabulario básico en mis días de descanso, que se me hacen harto escasas en estas épocas de tanto estrés laboral.
Las aspas del ventilador me guían en la decisión de lo que ha de sonar mientras disfruto de la cerveza. No quiero empezarla hasta que todo sea perfecto para el disfrute total y absoluto de este momento de relax. Así que he de darme prisa porque en estos momentos todo se calienta en pocos minutos.
Decidido!
No me extraña que a mucha gente se le haga difícil volver a lo que se supone que es la vida normal. Esa en la que estamos metidos en una ciudad que nos engaña diciendo que nos ofrece todo lo que necesitamos, cuando lo que realmente queremos es ir descalzos y tumbarnos al sol sin tener que hacer nada en especial.
Y otro año más a esperar ese momento. El instante en el que hacemos lo que realmente nos apetece. Viajar y descubrir una cultura diferente a la nuestra, quedarnos en casa para relajarnos sin más, dedicar nuestro tiempo a la familia o simplemente disfrutar del mar, del sol, de la vista espectacular que tiene un cielo azul que se mezcla con el horizonte de las aguas que nos estén bañando los pies.
La cervecita no me acerca más al sueño... todavía no he conseguido hacer el cambio de hora, así que sigo escuchando un poco de música brasilera que es lo que le “pega” a este calor caribeño que invade la ciudad condal.
Música de Daniela Mercury
Y ahora si, creo que os dejo disfrutar de los ritmos caribeños. Yo me acerco poco a poco a mi cama que me espera para reparar ese cansancio que parece invencible. Echaremos un pulso, a ver quien gana.
Las aspas del ventilador me guían en la decisión de lo que ha de sonar mientras disfruto de la cerveza. No quiero empezarla hasta que todo sea perfecto para el disfrute total y absoluto de este momento de relax. Así que he de darme prisa porque en estos momentos todo se calienta en pocos minutos.
Decidido!
No me extraña que a mucha gente se le haga difícil volver a lo que se supone que es la vida normal. Esa en la que estamos metidos en una ciudad que nos engaña diciendo que nos ofrece todo lo que necesitamos, cuando lo que realmente queremos es ir descalzos y tumbarnos al sol sin tener que hacer nada en especial.
Y otro año más a esperar ese momento. El instante en el que hacemos lo que realmente nos apetece. Viajar y descubrir una cultura diferente a la nuestra, quedarnos en casa para relajarnos sin más, dedicar nuestro tiempo a la familia o simplemente disfrutar del mar, del sol, de la vista espectacular que tiene un cielo azul que se mezcla con el horizonte de las aguas que nos estén bañando los pies.
La cervecita no me acerca más al sueño... todavía no he conseguido hacer el cambio de hora, así que sigo escuchando un poco de música brasilera que es lo que le “pega” a este calor caribeño que invade la ciudad condal.
Música de Daniela Mercury
Y ahora si, creo que os dejo disfrutar de los ritmos caribeños. Yo me acerco poco a poco a mi cama que me espera para reparar ese cansancio que parece invencible. Echaremos un pulso, a ver quien gana.
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