Algo nuevo, algo viejo, algo azul, algo prestado, algo regalado ...
Esa es la premisa de cualquier novia en el día de su boda. Es uno de los rituales importantes para ese momento, algo que prácticamente ninguna deja de hacer.
Últimamente he estado tan centrada en las nuevas tecnologías, que me había olvidado de lo que me gustan los aparatos de principios de siglo. Aquellas agfas con carrete y estuche de piel, y cómo no, mis preferidas, las máquinas de escribir.
Este fin de semana decidí darme una vuelta por el mercat de L´antiquari de St Cugat, y localicé una belleza alemana que parecía que marcara en su carrete de 1927 “restáurame”, y cómo no, me la llevé a casa. Mientras volvía con mi compra pensé en todo el tiempo que va a llevarme dejarla limpia y mínimamente presentable, porque está llena de polvo y hay tantas piezas que engrasar, que creo que sería más fácil haber aprendido a hacer encaje de bolillos.
Una vez en casa y mirándola con más detenimiento me alegré de haberla traído conmigo. Es increíble pensar lo poco que hace que utilizábamos estas máquinas para hacer nuestros trabajos de ciencias. Quien no se acuerda de su olivetti lettera..., pero mi Urania es una pieza preciosa digna de admiración.
Ensamblados perfectamente, unos muelles diminutos que unen pequeños martillos de metal con las teclas precisan un pulso decidido para marcar la palabra deseada. Las máquinas no te dejaban prácticamente espacio para el error, ello significaba un borrón que afeaba el documento, algo que no te podías permitir en muchos casos, y que hacía que repitieras de nuevo el escrito.
Algo nuevo, mi juego de destornilladores especiales para maquetismo, algo azul, la tela que cubre la máquina en su proceso de rehabilitación, algo prestado, los pinceles de modelismo de mi hermano, con los que pretendo ir desprendiendo el polvo de las piezas, algo regalado, mi propia compra, un regalo a mí misma para recordarme que lo que existió y prácticamente quedó relegado en el olvido, para muchas personas son protagonistas en el presente, algo viejo, mi Urania de 1927 que aún con la edad que tiene y representa, sigue ejecutando el trabajo para el que fue fabricada, el exterior deja ver el paso del tiempo, pero el interior conserva intacto una maquinaria construida para conseguir la perfección.
Hemos de seguir rodeándonos muchas veces de los orígenes, para poder comprender muchas de las cosas del presente. Con la música es lo que me ocurre. Me encanta rodearme de clásicos, que hacen que comprenda la evolución de muchos de los estilos que siempre me han gustado.
Como mi Urania, pero no tan antigüa, la banda Travis sigue siendo uno de esos grupos musicales que no quiero perder de vista, aunque sean de los que han pasado la barrera de los 15 años en el difícil mercado musical.
En diciembre volaré a Bruselas para seguirles la pista, para disfrutar de un grupo que se podría considerar viejo, pero que sus piezas ensambladas de manera correcta hacen que siga sonando a la perfección.
Discografía
Esa es la premisa de cualquier novia en el día de su boda. Es uno de los rituales importantes para ese momento, algo que prácticamente ninguna deja de hacer.
Últimamente he estado tan centrada en las nuevas tecnologías, que me había olvidado de lo que me gustan los aparatos de principios de siglo. Aquellas agfas con carrete y estuche de piel, y cómo no, mis preferidas, las máquinas de escribir.
Este fin de semana decidí darme una vuelta por el mercat de L´antiquari de St Cugat, y localicé una belleza alemana que parecía que marcara en su carrete de 1927 “restáurame”, y cómo no, me la llevé a casa. Mientras volvía con mi compra pensé en todo el tiempo que va a llevarme dejarla limpia y mínimamente presentable, porque está llena de polvo y hay tantas piezas que engrasar, que creo que sería más fácil haber aprendido a hacer encaje de bolillos.
Una vez en casa y mirándola con más detenimiento me alegré de haberla traído conmigo. Es increíble pensar lo poco que hace que utilizábamos estas máquinas para hacer nuestros trabajos de ciencias. Quien no se acuerda de su olivetti lettera..., pero mi Urania es una pieza preciosa digna de admiración.
Ensamblados perfectamente, unos muelles diminutos que unen pequeños martillos de metal con las teclas precisan un pulso decidido para marcar la palabra deseada. Las máquinas no te dejaban prácticamente espacio para el error, ello significaba un borrón que afeaba el documento, algo que no te podías permitir en muchos casos, y que hacía que repitieras de nuevo el escrito.
Algo nuevo, mi juego de destornilladores especiales para maquetismo, algo azul, la tela que cubre la máquina en su proceso de rehabilitación, algo prestado, los pinceles de modelismo de mi hermano, con los que pretendo ir desprendiendo el polvo de las piezas, algo regalado, mi propia compra, un regalo a mí misma para recordarme que lo que existió y prácticamente quedó relegado en el olvido, para muchas personas son protagonistas en el presente, algo viejo, mi Urania de 1927 que aún con la edad que tiene y representa, sigue ejecutando el trabajo para el que fue fabricada, el exterior deja ver el paso del tiempo, pero el interior conserva intacto una maquinaria construida para conseguir la perfección.
Hemos de seguir rodeándonos muchas veces de los orígenes, para poder comprender muchas de las cosas del presente. Con la música es lo que me ocurre. Me encanta rodearme de clásicos, que hacen que comprenda la evolución de muchos de los estilos que siempre me han gustado.
Como mi Urania, pero no tan antigüa, la banda Travis sigue siendo uno de esos grupos musicales que no quiero perder de vista, aunque sean de los que han pasado la barrera de los 15 años en el difícil mercado musical.
En diciembre volaré a Bruselas para seguirles la pista, para disfrutar de un grupo que se podría considerar viejo, pero que sus piezas ensambladas de manera correcta hacen que siga sonando a la perfección.
Discografía
Good Feeling (8 de septiembre, 1997)
The Man Who (24 de Mayo, 1999)
The Invisible Band (11 de Junio, 2001)
12 Memories (13 de octubre, 2003)
The Boy with No Name (7 de mayo, 2007)
Ode To J. Smith, (29 de Septiembre, 2008)
sing
turn
Flowers in the window
Why does it always rain on me