Aquí estamos, a las puertas de la feria de abril. Impregnados de bulerías, de sevillanas a destiempo y a mí, que hoy me ha “dao” por ahí. Es lo que toca por estas fechas.
El tiempo no acompaña, diluvia y la suerte me ha dado la espalda, si es que alguna vez estuvo de otra manera...
Así que teniendo en cuenta mi estado de ánimo, y contemplando el cataclismo infernal que se avecina he decidido que quiero que canten por mí.
No sé si tengo buena voz, no suelo cantar mucho. Dicen que esto es malo. También se comenta que los que no cantan es porque están muertos por dentro... debe ser eso, que yo estoy de luto.
Pues nada, aquí de negro riguroso, con la mirada perdida en el horizonte, mirando el cielo seco pero con ganas de destrozarme el fin de semana dejaré que me toquen las palmas. Para que acompañe la fiesta de los que han sido derrotados en algo, pero que muy lejos de caer, contemplan la batalla para saber en lo que erraron y hacerlo mejor la próxima vez...